domingo, 13 de mayo de 2012

Nacionalización/Privatización


Hoy escuchando la radio, el programa No es un día cualquiera, oí una frase y un término como fue la nacionalización que llamó notablemente mi atención. La nacionalización es un término contrario a la privatización. Entiendo como privatización a la compra de las posesiones públicas por una empresa privada porque el estado es incapaz de mantenerlas y/o no sea posible gestionarlas de un modo correcto. Por lo tanto, si partimos de que la nacionalización es el término contrario sería: la compra de parte de una empresa privada por el estado, para salvarla y mantenerla a flote.

Sin embargo, hay una pequeña diferencia. Cuando el estado compra capital privado a ese paso no se le denomina nacionalización, ni a esa empresa una empresa pública; pero por el contrario cuando cualquier empresa pública es comprada en parte por una empresa privada, pasa a llamarse privada y a ese cambio privatización.

Para entenderlo mejor pondré un ejemplo de cada uno.

Un ejemplo de una “nacionalización”, que no fue llamada así, está de actualidad hoy en día. La compra de parte del capital privado de Bankia por parte del estado, Bankia ahora no pasa a ser llamada empresa nacional sino que continua siendo una empresa privada.

martes, 8 de mayo de 2012

La Corrupción Política.


       Actualmente vivimos en una sociedad en la que cada semana se destapa un escándalo relacionado con la corrupción o los “trapicheos” políticos.

        Empezaré por definir lo que yo entiendo por corrupción. La corrupción se trata de un abuso de poder cuyo único fin es el beneficio personal; en el caso que aquí tratamos, de la política, la utilización del estatus público deriva en actuaciones para el interés  propio.

          En España, estuvo hasta hace poco de actualidad el caso “Camps” en el que se intentó destapar una trama llevada a cabo por ciertos políticos que, basada en regalos y favores, lo único que hacían era lucrarse ellos mismos y sus “compinches”.

         Otra situación alarmante y actual es el caso “Urdangarín”. En esta ocasión no tiene tanto que ver con la política directamente pero si se puede apreciar como gracias al estatus que le concedió ser miembro de la Familia Real, tras casarse con la Infanta Cristina, pudo crear empresas falsas con las que ganaba dinero por organizar eventos públicos y deportivos, que finalmente no se llevaban a cabo, pero que suponían unos ingresos en las cuentas de la supuesta entidad que más de un ciudadano de a pie quisiera tener, y más en los tiempos en los que corren.

      Aún no se ha dictaminado una sentencia contra aquella acusación y en pleno proceso de instrucción lo que está claro, es la existencia de paraísos fiscales que son el destino de las ganancias de los actores implicados en esta trama y la de más representantes nacionales que no se quedan cortos. Lo verdaderamente preocupante es que ese dinero no lo ganaron fruto de un duro trabajo o simplemente porque les tocara la lotería, sino porque se produjo una corrupción y un robo de bienes públicos. Con esto quiero decir que todo el dinero que los ciudadanos de a pie estamos aportando con nuestros impuestos, en ciertos casos no va destinado a pagar los servicios y las infraestructuras necesarias y básicas, sino que una parte se está destinando por algunos de nuestros queridos políticos y destacados personajes, a otro asunto como es el beneficio propio y el aumento de la riqueza personal.

          En conclusión, creo que mi opinión sobre la política en los tiempos que hoy corren está clara, y no es precisamente a favor.